Bedlington Terrier

Es un perro bastante orgulloso y seguro de sí mismo, pero aprecia mucho a los miembros de su familia adoptiva.

Puede ser muy juguetón, aunque no es el compañero de juegos perfecto para los más pequeños del hogar.

Es de naturaleza tranquila cuando está en el interior de su hogar si sus necesidades han sido satisfechas.

Es un perro que se adapta bastante bien a los diferentes modos de vida que se le proponen.

Aunque ya no ejerce como tal, posee un instinto cazador muy marcado.

La socialización del Terrier de Rothbury, como también se le conoce, debe iniciarse desde cachorro para que no se vuelva excesivamente temeroso o tímido con desconocidos.

Es un Terrier, por lo que conserva un lado independiente que, en ocasiones, puede complicar las interacciones.

Si el Bedlington terrier cachorro ha sido acostumbrado a través de métodos positivos y progresivos a quedarse solo, podrá tolerar la soledad sin problema una vez adulto. 

Se trata de un perro algo testarudo, ¡un “lobo con piel de cordero”! Debe ser educado con firmeza y coherencia por manos expertas.

Sin embargo, es un perro que adora aprender si se es coherente y dulce con él.

Este bonito perro ladra muy poco.

Si su entorno no es lo suficientemente seguro, sus instintos depredadores pueden llevarlo a seguir rastros más allá de su hogar.

El Bedlington terrier necesita de estímulos físicos, mentales y olfativos frecuentes, de lo contrario podría mostrar conductas destructivas y causar algún que otro desperfecto en el hogar.

Las chucherías caninas serán más que bienvenidas para mantener motivado a este perro testarudo.

Es un muy buen guardián a pesar de su físico poco intimidatorio.

Es un perro capaz de adaptarse a la vida en apartamento, pero lo ideal es que resida en una casa de campo con jardín.

Se trata de un perro deportista y muy veloz. Si se le entrena correctamente, puede obtener excelentes resultados. En la actualidad, tiene una menor necesidad de ejercitarse que cuando era utilizado como perro de caza.

Su tamaño medio facilita los desplazamientos junto a su familia adoptiva, aunque hay que llevar a cabo un buen trabajo de socialización y de educación para que viaje tranquilo.

Su instinto cazador imposibilita la convivencia con animales pequeños, salvo si ambos han crecido juntos.

Tiende a evitar los conflictos, aunque como buen terrier, sabe responder cuando se le provoca. Hay que socializarlo con otros perros para que entable relaciones agradables.

No es un compañero de juegos ideal, de hecho no se siente atraído por la compañía de los más pequeños, que pueden ser algo bruscos a su parecer.

Puede formar parte de un hogar constituido por personas mayores activas que puedan responder a sus necesidades.

Es preferible decantarse por una raza de perro más dócil para una primera adopción, ya que este perro posee un fuerte temperamento.