Whippet

Es un perro muy cariñoso cuando está en confianza, de lo contrario, puede mostrarse un tanto distante. Con sus dueños, sabe compaginar los mimos con los momentos de descanso en solitario.

El Whippet cachorro es un perrito travieso que adora jugar, sobre todo a juegos de persecución o de “pelea” cariñosa con sus amigo perrunos. Con el tiempo, esta tendencia de juego suele invertirse, dependiendo del carácter de cada perro.

Podría decirse que la serenidad de este lebrel esconde su lado más extrovertido, ya que sabe ser muy discreto pero también puede convertirse en un auténtico bólido cuando se le deja campar a sus anchas en espacios amplios.

Este perro es muy listo, por lo que hará cualquier cosa con tal de complacer a su amo. Podrá realizar todo tipo de trucos que reforzarán la relación con su dueño si existe un lazo confianza entre ambos.

El Whippet, como buen lebrel, es un cazador innato, aunque ha dejado de cumplir esta misión en la actualidad. Caza principalmente pequeños animales: pájaros, roedores, conejos o liebres... ¡pero también los gatos a los que no conoce!

Al contrario de lo que suele creerse, el Lebrel Whippet no es un perro miedoso, sino más bien reservado cuando no conoce a su interlocutor, por lo que no hay que asociar su sensibilidad al miedo.

La hembra tiende a ser más independiente que el macho. Su carácter se asemeja al de un gato.

Si se le acostumbra desde una temprana edad, el Whippet puede soportar sin problema las ausencias ocasionales de sus dueños. Aun así, estas no deben ser prolongadas. Se recomienda pasearlo tras los periodos de soledad, sobre todo si el perro vive en un apartamento. 

Este lebrel tiene muy buena memoria y opera bajo el principio de “funciona, luego vuelvo a hacerlo”. De hecho, desde la llegada del cachorro Whippet a casa, han de imponerse ciertas reglas de convivencia y límites a no sobrepasar para evitar que el perro adopte malas costumbres.

La educación debe ser agradable y firme para evitar contrariar a este perro, que recordemos es extremadamente sensible.

Es muy discreto, por lo que rara vez ladrará.

Aunque sea capaz de correr a grandes velocidades y muy lejos de su dueño, este lebrel siempre acaba volviendo a su lado. Aprender a acudir a la llamada de los suyos es imprescindible para que el Whippet cachorro obedezca.

Es discreto y tranquilo una vez se han satisfecho todas sus necesidades, por lo que no se puede calificar como de destructor… ¡Pero no debemos dejar de lado al Whippet cachorro cuando está desarrollando sus dientes!

Las golosinas siempre serán una buena motivación para que este lebrel obedezca en las sesiones de entrenamiento, pero es un gran comilón.

Es poco ladrador y muy reservado con los desconocidos. Si a esto le sumamos su físico poco disuasorio, este perro podría llegar a proteger a su amo pero no todo un hogar. Sin embargo, sabe alertar cuando advierte que hay alguien al otro lado de la puerta.

El Whippet es compatible con una vida en la ciudad, y podrá ser feliz en un apartamento únicamente si puede pasear varias veces al día y dar rienda suelta a su potencial como gran corredor en espacios vastos, en total libertad, o al menos una o dos veces por semana, por ejemplo los fines de semana.

Si vive en el campo, en una casa con jardín, no hay que dejarlo dormir en el exterior bajo ninguna circunstancia. Debe volver al interior de la casa, especialmente en invierno.

Como buen lebrel, el Whippet necesita correr para ser plenamente feliz. A pesar de su apariencia fácil, es resistente y deportista, pudiendo participar en competiciones de carreras como:

• Persecución a la vista de liebre con señuelo o Coursing: son carreras de velocidad al aire libre (normalmente en campo abierto) donde los perros deben correr tras una presa guiada por un sistema de poleas.
• Carreras de lebreles en pista o Racing: son carreras en espacios habilitados para ello, los perros llevan bozal y son retenidos en cajones que se abren al paso del señuelo.

Para los lebreles que no practican ni coursing ni racing, es conveniente ejercitarlos física y mentalmente de manera intensa lo más frecuentemente posible para sean plenamente felices.

Este lebrel de tamaño mediano adora viajar en compañía de sus amos. No teme al coche, sobre todo si está acostumbrado a viajar en él desde cachorro. Es necesario prever un transportín para los viajes en avión, en los que tendrá que volar en la bodega.

Sorprendentemente, este lebrel se lleva muy bien con los felinos, siempre y cuando se hayan llevado a cabo las presentaciones pertinentes. Si ambos animales han crecido juntos, lograrán desarrollar una bonita amistad haciéndose compañía el uno al otro.

El entendimiento con sus semejantes no suele suponer ningún problema, dado que los ejemplares machos no tienden a ser muy agresivos, incluso con los perros sin esterilizar del mismo sexo.

Habrá que supervisar sus encuentros cuando haya diferencias significativas de tamaño entre los canes. Además, pueden mostrarse poco tolerantes con el entusiasmo de algunos perros, dada su sensibilidad.

Los encuentros con sus congéneres deben ser frecuentes, siempre positivos y controlados.

La complicidad entre un niño y este lebrel suele ser inmediata. A pesar de ello, hay que ser especialmente vigilante con los más pequeños, que podrían mostrarse algo bruscos de manera involuntaria.

Este perro puede vivir con personas mayores siempre y cuando salga a pasear con frecuencia y se ejercite física y mentalmente a través del juego y en compañía de su dueños.

Es una elección perfecta como primer perro. Es muy cariñoso, relativamente fácil de educar, sociable además de encantador. Hará las delicias de pequeños y mayores integrándose a la vida familiar con gran facilidad.